domingo, septiembre 13, 2009

Un paso, cerralos, abrilos

Tomó sus alas y empezó lentamente. No entendía mucho de esto porque era sólo el comienzo, pero de a poco se fue despegando del pasto, como si pudiera volar. Era un aleteo constante, su sonrisa demostraba otra cosa y aunque sentía que podía hacerlo cuando pasaba las nubes frenaban su accionar. Tomó por contada su libertad y dio comienzo a su antes y su después. El después ya lo suponía así que no se molestó en esperarlo, por lo que decidió arrancar por el antes, hasta llegar más lejos de lo que podríamos entender cualquiera de nosotros. Simplificó su carga a unos simples rumores y esperó que aminore con el correr del tiempo.
Podía mirar absolutamente todo, pero no llegaba a ver realmente, por lo que decidió pedir una ayuda. "Tarde pero seguro", definía al sistema.
Fue así que en un abrir y cerrar de ojos la tormenta había pasado y su aleteo permanecía tan constante como al principio. No se molestó en entristecerse por la pérdida y simplemente siguió camino, como si nada hubiera pasado, como si se encontrara ubicado nuevamente en aquel primer momento y ningún encuentro ocasional hubiera sido tan real como en verdad lo fue.
Lo cierto y lo falso, la verdad y su mentira se mimetizaban entre sí y ni siquiera sus oídos creían lo que sentían. Entre lo real y su imaginación sólo un paso, entre el suelo que pisamos y el aire que respiramos sólo nosotros mismos.

miércoles, septiembre 09, 2009

brain damage

No hay ganas de pensar y otra vez ese recorrido inevitable al que las circunstancias me empujan. ¿Podrías caminar por mi? mis pies están cansados y el cuello ya no sostiene mi cabeza, las ideas se me caen! perdí la tapa de la parte superior, debería controlar su producción, van a rebalsar. O si camino muy rápido tal vez se evaporen como el agua, estaría lindo hacer un café de ideas. Claramente llevaría edulcorante, afectará de igual manera mi nivel de glucemia? debería hacerme uno de esos análisis y olvidarme por un tiempo hasta que estén listos los fuckin' resultados. Todas las infusiones me transforman sobremanera, es totalmente notorio el cambio en mi persona una vez que ingresan en mi organismo, debe ser genial ver qué flor de fiesta lujuriosa se hechan las células que me conforman con las de los alimentos, seguramente debe ser un espectáculo digno de ser visto y nosotros ilusos nos pensamos que lo mejor está de adentro para afuera (sólo que a la mayoría le gusta dibujar, ocultar ese punto de vista-yo no me veo incluída en ninguno de los casos mencionados-). Realmente disfrutaría conseguir que mis ojos sigan de largo y mirar adentro de mi cabeza, qué estará modificandome, por ejemplo, en este momento? que será lo que me haga sentir así? I'll see you on the dark side of the moon, cantan para mi y claramente los visualizo esperándome. There’s someone in my head but it’s not me, me sorprende sentirme adentro de palabras, en sí de las letras, de éstas con más de treinta pero menos de cuarenta años de antigüedad. Siempre las personas soportan unos treinta años (mínimo) hasta que se actualizan los problemas globalizados, y otra vez de nuevo, algo así como una onda retro, pero que no refiere específicamente a la forma de vestir. Ellos salen todos los días pero les gusta todo lo relacionado a algún tema en especial, por lo que la mayoría de los días están disfrazados y nosotros siquiera los percibimos, y peor aún, elegimos no verlos, inconcientemente o no, ese es el camino que tomamos. Hasta que al final del atajo nos encontramos (y a veces chocamos) contra el cartel que los define, nos chocamos de frente la cara contra el problema que elegimos no reconocer pero que siempre estuvo parado ahí, esperando por nosotros. Abrir los ojos, mierda! aceptar.-

lunes, septiembre 07, 2009

Usá la izquierda, Chiquita!

¿Qué estaba pasando? Sin quererlo me movía y no estaba caminando, me mojaba con esa lluvia molesta que empañaba mi vista, flotaba en ese trayecto hasta mi destino. La cabeza parecía una A4 Autor con trazos de lápiz suaves y delgados, ¡Ni en los momentos que mi rockr me inundaba alcanzaba ese estado! y cuando conseguí cazar uno de aquellos que vuelan en el aire supuse comenzar algo nuevo, pero me hallé de nuevo en otro reiterado déjà vu. No pude entender el quid de la cuestión, ciertamente no pude entender nada que se asemeje a lo que transcurría por esos tiempos. Sólo era cada tanto volver a ese "izquierda derecha, izquierda derecha" que se me grabó en algún momento de mi vida y nunca pudo ser corrido de su lugar. Mi pensamiento más profundo sólo se acercó a mi torpeza fumando con la mano derecha, y pensándolo bien no estaría pensando mucho tampoco, de ser el caso hubiera sido la izquierda la que se mantenía ocupada mientras la otra se balanceaba sin sentido. Fueron unos segundos invisibles, imperceptibles, minutos seguramente, pero que últimamente no se encuentran muy presentes en mi día a día. Siempre quise tener el reloj de Bernardo, por supuesto lo interesante hubiera sido usarlo a mi favor y no que el Kosmos lo haga en mi contra, claro.

sábado, septiembre 05, 2009

Martian people

Subiendo esa escalera sentí y realmente lo padecí, que la gravedad me ganaba una vez más. Fue una sensasión extraña que la física introdujo años atrás en mi sistema, y allí veía lo práctico de la práctica. No fue de la misma manera mientras subí la montaña a pie, ni tampoco me alivianó el hecho de bajar la escalera. Pensé interiormente "cuando baje no va a ser de la misma manera". Y pareció haber algún tipo de error de cálculos que provocó eso. La pasé igual de mal, sentí que la fuerza de atracción gravitatoria ahora había pasado a estar invertida y seguía luchando contra ella. Entonces, todo cambió. El viento empezó a empujarme, me llevaba consigo como si formara parte. Me transportó a otro lugar lejano, con otro aire, otra motivación. Conocí extraños individuos que parecían querer aparentar ser tales como yo, de mi mismo palo, pero eran totalmente distintos. Físicamente tan humanos como yo, pero de ahí para adentro eran como traídos de otro planeta. Fue raro verme mimetizada entre ellos, mi cabeza parecía no dar explicaciones, y mi cuerpo respondía torpe a lo que ella mandaba. La función fue marciana y de corta duración. La presión que la Tierra hizo sobre mi al principio ya no me agoviaba, el ruido la alejaba, sobre todo las risas, eran una especie de somnífero, pero que no llegaba a su efecto cúlmine. El disparador incógnita nos desalojó y allí estaba nuevamente rodeada de rocas y ese lugar extraño. No se cómo llegué pero me encantaría volver, voy a intentarlo.