lunes, abril 30, 2012

Caretas, tormentas

Los días son como manchas en la vidriera de la puerta del lugar. Individualmente pasan inadvertidos, hasta que llega el momento tal en el que el vidrio está completamente manchado y no podemos ver a través de él. Aparece de sorpresa, nos abraza sin avisar. 

Y las personas pasan por la puerta del local indiferentes, ellos, y el que observa. Todos ensimismados en sus pequeñas islas interminables, con el cuello torcido y la voz ronca que susurra al andar por la vereda. 

Y los perros ladran asustados, aunque parezcan dominados por la ira. Ladran pidiendo un poco más de atención, y lloran cuando tienen lo que esperaban pero por mucho, lejos de sus expectativas.

Nadie, ni los perros ni las personas, pueden borrar sus manchas. Y se enferman mirando las del que está del otro lado.
Es que son indiferentes, hasta que se corta la luz y se ven las caras a la luz de las velas. 



domingo, abril 29, 2012

Aclarando en inocencia by Chuker!
El juego libera, a photo by Chuker! on Flickr.
De contrastes se alimenta la inocencia.


                                           Y viceversa.

viernes, abril 20, 2012

El árbol en ella otra vez



La nada abraza al todo, el que tiene límites permeables, aplacados
                                    por las palabras 
                                                     y algunos matices.

Enfrentar y confrontar, amigos secretos del miedo,
                                     el opaco en el color de la cordura. 
Y es que la demencia revalsa los vasos, aparentemente transparentes, ligeramente amontonados. 

La realidad se arregla y se desviste, dando un espectáculo 
                           
                       para los estómagos
                   
                                               vacíos 
                                         
                                          y las mentes          abandonadas.

Los glóbulos se revelan y se abre 
una corazonada del porvenir conocido. 
Cada línea se hunde en un mar de luz, 
         cada punto se pierde una vez más, en el todo. 

Nada se entrega a su suerte, cada decisión es morir y volver a nacer, 
                                       todos los días
                      en cada palabra 
                                                                   en cada pulso.