lunes, octubre 12, 2009

Desarmando

Lo que realmente importa es relativo y nunca se puede comprobar la certeza en su afirmación. A las palabras se las lleva el viento, las promesas, los cambios por ser realizados, los cambios por evitar, todo va y viene sin que nadie pueda percatarse de que lo que está ocurriendo. Vuelan libres y a veces sienten nostalgia, regresan, otras veces se dan cuenta de que no juegan un papel importante para nadie. Si el objetivo se mantiene firme en su lugar correspondiente, es maravilloso lo que se puede alcanzar... ahora, ¿Qué ser humano que pisa fuerte el piso hoy en día puede hacerlo? resulta difícil, pero puedo afirmar que no es imposible. El ser humano que lo puede hacer es el mismo que hace y destruye tantas cosas, nunca la coherencia llega a alcanzar su cien porciento que quieren atribuirle. Justamente por eso, porque el entorno se lo atribuye, no es decisión de la propia coherencia. Estar vivos no como transición sino como el verdadero goce de estar donde nos toca o elegimos estar. Poder mirar a nuestro alrededor y afirmar con la certeza, que no puede tener lo que realmente importa, que estamos bien donde estamos, no la estamos pasando tan mal como pensamos en nuestros peores momentos. La cabeza miles de veces nos juega en contra, de hecho es nuestro peor enemigo, nuestra propia cabeza... es sólo domarla, encontrarle la vuelta, tenderle las trampas que conociéndola más que nadie sabemos que evitan la continuación de su ciclo. Sabemos lo que queremos pero no tanto, creemos saber lo que no queremos pero puede cambiar, entonces, es ahí donde la cabeza hace de las suyas. Nos centramos en estar ubicados donde debamos, Di#s mande, o lo que sea sugiera que deba ser de determinada manera. Los impulsos son de lo peor, creemos que son ellos lo que nos ganan pero ciertamente nosotros elegimos que sea de esa forma, nos justificamos y protegemos con ese discurso mega utilizado que refiere a los impulsos y su control sobre nosotros. Claramente no soy partidaria de esa filosofía. Virtud o defecto, whatever, creo que todo es relativo.

2 comentarios:

  1. Dios no existe! El camino lo hacemos nosotros y nadie más. La angustia de existir es la mayor prueba de que vivimos.
    Con condicionantes, la vida no nos viene pre masticada, viene cruda para que nosotros mismos construyamos un plato nuevo.
    Los sabores están en los impulsos.
    El placer la energía que cocina ese plato.

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  2. http://yomequieroir.blogspot.com/2009/10/viajar.html

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