jueves, junio 17, 2010

El barrio

Viví en un barrio, hace un largo tiempo, en Paso del Rey. Todavía creo sentir el calor del sol de las mañanas en que me despertaba y se percibía en el ambiente el olorcito de carne asada cocinada por mi viejo, mañanas de otoño en las que me encandilaba el color de las hojas del liquidambar. 
También así (como pasaban esas cosas en mi barrio) entró una vez un perro, un cachorrito de la calle, para que le dieramos cariño, yo quise transportarme a una película de Disney y lo llené de ropa para que no tuviera frío (todavía lo escucho llorar desde afuera).
Mercedes Sosa cantaba Juana Azurduy mientras recorríamos los Siete Lagos con mis tres hermanos, mamá y papá, en ese renault 9 blanco que nos acompañó a tantos lados (todavía puedo oírla decir flor del alto Perú).
Me entretenía clavando clavos en pedazos de madera, no se por qué todavía siento la eternidad que duraban los sábados y domingos para mi en época de clases. Pintaba en batik remeras y telas que había por ahí, con mi hermano Nacho, el más grande de los tres (y zurdo también, como yo). Mi vieja me compraba crealina, y hacía piezas pequeñas que variaban desde zapatos hasta caras y artefactos extraños; así como pintaba en acuarela los paisajes que vi en aquel viaje que Mercedes cantaba. 
Disfrutaba viajar con la cabeza, siempre los destinos eran elegidos por mi dedo al caer en el globo terráqueo, cuando terminaba de girar; o mi otro dedo, al señalar la primer página de alguna letra en el diccionario (más de una vez disfruté el paisaje de las Islas Fiji). 
Todavía desde acá siento la sensación de desprotección para con el vecino de al lado, un pibe de pelo naranja y pecas en todo el cuerpo, que sabía ubicarse enfrente mío, a través del alambre mientras yo me hamacaba, para asustarme y contarme historias que me transportaban a lugares espantosos. Mil veces durmiendo me sentí encerrada en aquellas paredes de chapa que formaban su casa, mil veces sentí que no estaba en mi lugar. 
Hoy, me di cuenta, que siento más recuerdos como estos, que mi presente en este espacio actual de mi vida. 
También entendí que laburando toda la mañana va a llegar el momento en que el reloj marque las 12:30 y voy a estar prendiendo mi parucho para llenarme los pulmones de mierda. Clara y técnicamente, estoy más muerta que cuando vivía en el barrio.

2 comentarios:

  1. Todos nos vamos muriendo de a poco desde el momento en que nacemos, es inevitable.
    Es lindo que tengas esos recuerdos y que los valores, no hay mucha gente que se de cuenta que tiene ese tipo de vivencias y que las disfrute con el pasar del tiempo desde la memoria.
    Acaso no te das cuenta que ver lo grande que estas me hace darme cuenta lo más grande que estoy yo? Pero cuando te miro y veo lo buena mujer en la que te estas convirtiendo, me olvido de mi edad y empiezo a disfrutar verte crecer y acompañarte.
    Te amo, y gracias a Dios, recordar esas tardes con vos, me hace ser más feliz.

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  2. Increible la sensación que me produce leer estas letras. Magicamente, me has transportado a una película coral en reversa. He tenido por un instante tus rulos y tus manos inquietas, tu mirada en la casa. Cuánto enriquece ponerse en el lugar del otro. Gracias por darnos todos los días desde el 21 de noviembre de 1991 todas esas simple y excelentes cosas que nos hacen sentir muy vivos. tE AMO

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