domingo, enero 02, 2011

¡Estallando de alegría!

Doce días caminando para llegar a la nada, seis de ida, seis de vuelta. Un estallido a sus espaldas genera una ilusión polvorienta. Se torna rojo, azul, amarillo, todo parece brillar, lo más absurdo del regreso de un viaje ilustrado en blanco y negro.
De nuevo en la partida y un nuevo rumbo se asoma. Quien sabe de vueltas sabe escuchar los silencios a la perfección; cantar las oleadas de flores arrasadas por el invierno, en tiempos en que renace un verano atónito de tantos jolgorios; divagar en su vaivén de goce y ley.
Cada loco con su tema, sustancia inherente en las almas que recorren los pabellones del dos-mil-tanto. Cada loco con su tema y cada día un nuevo entierro, decorado siempre por campanas, guirnaldas y lágrimas donde quiera que vayas. 
Todo esto y un poquito de aquello también, debe ser en parte por esta ley que dice que los polos iguales se repelen, y los opuestos se atraen. Aquel llanero solitario que cabalga el hoy en día, rechazando la malaria es absorvido por ella, y descubriendo la montaña se halla él como una pequeña encarnación en toda su inmensidad.
Navegar, fluir, accionar en conjunto, socavando diariamente ilustres leyendas de una mente tradicional en su figura, sin recuerdos del mañana, que vive proyectando en paralelo un ayer idealista, lleno de magia y aventuras hollywoodenses.
La metamorfosis de esta oruga parece concluir en aquel polvo, del estallido en colores, de este libro infinito en blanco y negro. La historia que se escribe día a día, acerca de una masa, técnicamente humana, humanamente quebrantada por el ayer idealista, malarias que absorven llaneros solitarios y entierros (humanamente decorados).

2 comentarios:

  1. Enana, cada día más afilada con la pluma digital. Un beso enorme.

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  2. Martin Mas Casariego27 de enero de 2011, 21:07

    cada loco con su tema y me encanta el tuyo loquita :) besos!!

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