viernes, julio 24, 2009

Ellos, ellas

¿Qué pasó con el tiempo que se decidió a andar apurado? Los segundos, minutos, horas y días ya no eligen pasar lentamente, desfilar frente a nosotros (como buenos espectadores que somos), obligarnos a disfrutarlas en su mayor esplendor, sin importar cuánto tardará en llegar el día que vendrá después de darse por finalizado este momento. Para empezar, las horas en el instante que empezaron a sentirse ignoradas completamente por la mayoría de las hormigas que vivimos en el planeta Tierra, decidieron que ya no tenían el compromiso de rendirse "extras" y cansadas, abrumadas por la exigencia del público, empezaron a darse por vencidas. Ya nadie frena para contemplar aquellos pequeños detalles, que "quién sabe quién" puso al alcance de nuestras manos. Sólo se invierte el tiempo en conseguir más dinero, y tal vez aunque suene un tanto redundante, aún más tiempo. Se busca correr para llegar a horario, vivir o acelerar el trayecto que cada uno recorre en la vida y así también conocer el misterio en el que desemboca. Acelerar todos los procesos que se suponían naturales para obtener un avance... ¿avanzar en qué aspecto? hagamos una encuesta y seguramente nadie podría definir con claridad qué es lo que se anda buscando con aquellos "avances". Tantos progresos superficiales, facilitar cada día un poco más el trabajo del ser humano y destruir el intento de naturaleza que queda entre nosotros. A cada segundo que pasa se desvaloriza un poco más la capacidad de realizar y concretar que nos es atribuída al ingresar en el sistema. Deberíamos detenernos un minuto y elegir qué es lo que realmente queremos para nuestro lugar, el que nos toca o elegimos para vivir, el que completa el fondo blanco y cumple el papel de la voz en off para nuestras vidas. Nunca nos sentiremos completos si los objetivos que anhelamos cumplir se basan en los accesorios más que en la esencia de lo que nos espera.

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