jueves, julio 30, 2009

Sólo escucha

La música completa todos mis sentidos, llena mis oídos así como mis ojos y boca. El placer que transmite esa tranquilidad, esa relajación y un nivel de perfección combinado con la total simpleza de las notas que acarician mi cabeza agobiada de preocupaciones. Debería existir alguna forma de conseguir que esa melodía nos acompañe de manera continua, en cualquier actividad, incluyendo cuando dormimos, incluso cuando reimos, sin darnos cuenta de lo bien que nos hace. Encontrar la manera en que ella nos ayude a reconciliarnos con nosotros mismos y nuestro entorno. Resulta ser esa sensación de paz la que nos ayuda a sobrevivir, esa que nos transmite la música en este caso, pero que también es cercana a nosotros por medios que a veces son siquiera percibidos. Volviendo a la música puntualmente, los sonidos colorean de una forma extraña el frío gris de nuestra realidad. Le dan la temperatura necesaria para convertirla en nuestro abrigo, el aroma que completa las fragancias mas amenas. Es un viaje de ida y tal vez vuelta, nos transporta y con ella adquirimos la capacidad de flotar inconcientemente. Agilliza nuestra percepción para con nosotros y ellos, nos transforma y advierte el estado que estamos transitando. Es increíble que sea concretada por los seres más perfectos e imperfectos a la vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario