sábado, julio 25, 2009

Día y noche


"Mantener siempre el objetivo presente", una de las pocas cuestiones que nos sostienen a los sobrevivientes y consiguen el balance necesario entre los picos de euforia y de desánimo. Claramente del dicho al hecho hay largo trecho, y muchas veces los seres humanos nos dejamos llevar por el impulso, corremos al ritmo que corresponde a nuestro entorno, o tal vez es simplemente una cuestión de elegir lo que sabemos como equivocado o dejar de lado concientemente los objetivos pautados por nosotros mismos. El caso es saber diferenciar entre el placer que nos corresponde como personas y el que nos atribuímos nosotros de manera superficial o intrascendente en cuanto a la funcionalidad de nuestro proyecto de vida. Nos resulta casi automático mentirnos a nosotros mismos cuando sabemos que algo debería ser del modo que no nos gustaría vivir, por lo que nuestro rol dentro de la vida en comunidad a veces se torna conflictivo ya que la mentira traspasa el límite entre lo interno y lo externo, esa división imaginaria pero real que cada uno se plantea y decide llevar a lo largo del transcurso de su vida. No es más que prueba y error, la mayoría de las veces más error que resultados positivos. Millones de estos errores cometidos en tan solo un día y el mundo sigue girando correctamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario