viernes, julio 24, 2009

Otro ángulo, la misma escena

Los sueños son realmente momentos vividos que creemos imaginarios, segundos que consideramos perdidos, irreales, pero que coexisten con lo que vivimos mientras estamos despiertos. No dejan de acompañarnos y muchas veces son siquiera recordados. Pero estan allí, tan ciertos como bizarros la mayoría de las veces, transportándonos a donde quisieramos ir o nuestra cabeza pueda llevarnos. No dejan de asombrarnos, vivimos constantemente negándolos como posibles y los dejamos para el segundo plano que creemos les corresponde. Pero no, son otra perspectiva no tan lejana a la del día a día ni tan agoviante como la que a menudo puede tocarnos vivir. Son piezas perdidas y encontradas del rompecabezas que armamos en el trayecto transitado, piezas que poco a poco mientras son agrupadas conforman esa coherencia y tal equilibrio que cada uno de nosotros espera alcanzar. Ni tan ausentes, ni tan extraños, configuran nuestra existencia y ayudan a que despertemos con esa paz que creemos casi inexistente a la hora de emprenderlos. En ese momento comenzamos una nueva historia, nos orientamos hacia otro objetivo y amanecemos con esa inconciente capacidad de transformar la realidad y capturar un ángulo diferente dentro de la misma escena.

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